8 de septiembre:NACIMIENTO DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA:
El 8 de septiembre celebramos el Nacimiento de la Virgen María o Natividad de María. Se celebra nueve meses después de la dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen, que tiene lugar el 8 de diciembre. La fiesta comenzó a celebrarse en Roma en el siglo VIII, con el Papa Sergio I. Es la tercera fiesta de la «natividad» en el calendario romano, que conmemora la Natividad de Jesús, el Hijo de Dios (25 de diciembre, Navidad); la de San Juan Bautista (24 de junio) y la de la Santísima Virgen María, el 8 de septiembre. Es una de las fiestas marianas más antiguas. Aunque el Evangelio no da datos del nacimiento de María, la fecha corresponde a varias tradiciones.
12 se septiembre: SANTO NOMBRE DE LA VIRGEN MARIA:
El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la mediación de la Virgen María. Por primera vez, se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca; desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia.
14 de septiembre: TRIUNFO DE LA CRUZ:
La fiesta del Triunfo de la Santa Cruz se hace en recuerdo de la recuperación de la Santa Cruz obtenida en el año 614 por el emperador Heraclio, quien la logró rescatar de los Persas que se la habían robado de Jerusalén.
21 de septiembre: SAN MATEO EVANGELISTA:
Mateo era cobrador de impuestos en Cafarnaum: recaudaba las tasas que los judíos tenían que pagar a los romanos; como todos los que se dedicaban a ese oficio, era despreciado por el pueblo, que lo consideraba cercano a los opresores. Probablemente Mateo se había acostumbrado a ello; pero un día, cuando estaba sentado en su oficina, oyó una voz diferente. Un hombre le dijo solamente: “Sígueme”. Y él se levantó y lo siguió, para siempre. Ese hombre era Jesús, y la vida de Mateo nunca más volvió a ser como antes.
23 de septiembre: SAN PIO DE PIETRELCINA
Cada 23 de septiembre la Iglesia Católica celebra a San Pio de Pietrelcina (1887-1968), a quien afectuosamente el mundo sigue llamando ‘Padre Pio’. Este franciscano italiano recibió los estigmas de Cristo, quien quiso asociarlo de manera especial a su Pasión. Semejante don -en su principio último y en sus manifestaciones- supera toda explicación científica o cálculo humano. Probablemente, solo sea posible acercarse un poco a este misterio a través de las palabras del propio santo: “Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta” (San Pío de Pietrelcina).
27 de septiembre: SAN VICENTE DE PAUL:
«Amemos a Dios, hermanos míos, pero amémoslo a nuestra costa, con el trabajo de nuestros brazos, con el sudor de nuestro rostro.» San Vicente de Paul.
En un pequeño pueblo de Gascuña, Francia, en 1581, Vicente de Paúl nació en una familia de campesinos. A pesar de que su adolescencia la pasó en los campos, su fina inteligencia fue notada por un benefactor que le ofreció la oportunidad de estudiar, tanto fue así que en 1600, a sólo 19 años de edad, fue ordenado sacerdote, mientras que la licenciatura en teología la obtuvo en 1604. Abrió una escuela privada pero contrajo muchas deudas; además, durante un viaje en barco de Marsella a Narbonne, su barco fue atacado por piratas; Vicente fue hecho prisionero y vendido como esclavo en Túnez. Consiguió recuperar su libertad y volver a Francia dos años después gracias a su tercer propietario, que poco a poco se había convertido al cristianismo.