Jubileo 2025 Nuestra experiencia en Roma

En septiembre de 2024, se empezó a concretar un sueño que habíamos casi desechado por razones físicas, económicas y de edad. Ese sueño era conocer Europa. Este año Andrea cumple 70 años y la idea era un viaje por nuestra Patagonia, pero casi diríamos en forma accidental e inesperada, se pudo concretar en octubre un viaje por el viejo mundo, que reiteramos, estaba descartado. En diciembre el papa Francisco decreta el año jubilar 2025 y el 24/12/25 abrió la PUERTA SANTA o de LA LUZ de la Basílica de San Pedro en Roma. Algunos amigos nos decían que nos íbamos a encontrar con multitudes y que sería difícil poder disfrutar esos tiempos especiales en esta Cuaresma. A esta primera sorpresa del viaje impensado, nos encontramos de repente en la Plaza de San Pedro (domingo 23/3). Una cola larguísima de 3 cuadras (desalentadora), pero vimos que era ágil y en 15 ó 20 minutos estábamos entrando en la Basílica, por la PUERTA SANTA abierta por Francisco. Dividían a los ingresantes en dos: los que iban de visita y los que iban a misa. Llegamos sin ninguna idea de horarios a las 10,15 hs. y la misa era 10,30 hs. Poder participar de la celebración de misa en San Pedro, no es precisamente cosa de todos los días. Parte de la liturgia en inglés, otra parte en italiano y también algunas partes en español. Celebró el Obispo de Roma que estaba reemplazando a Francisco todavía internado. No podíamos reaccionar, estábamos conmocionados, estar allí sentados esperando resultaba increíble. Merece mencionarse que antes en Madrid habíamos tenido confesión en la Catedral Nuestra Señora de Almúdena (lindera al Palacio Real Español), donde encontramos una reliquia de san Juan Pablo II consistente en una ampolla con gotas de sangre líquidas. Además en Barcelona, tuvimos también misa el domingo 16 de marzo en la cripta de la Basílica de la Sagrada Familia. Cuando llegamos al lugar nos informan que solo se podía ingresar al templo comprando entradas on-line, para lo cual había lugar varios días después cuando no estaríamos en esa ciudad. Parecía que no iba a ser posible conocerla. Pero Andrea no se quedó conforme y averiguó en un puesto de información turística y nos vendieron entradas para el día siguiente (lunes), y además nos informaron que en ese momento (domingo) se celebraba misa en la cripta (de la cual no se tiene acceso a la Basílica) y es una de las pocas cosas que pudo ver terminadas el arquitecto Gaudí, autor de esta belleza. Cuando decidimos entrar a la celebración faltaban también 15 minutos para su comienzo. Segunda y tercera sorpresa o causalidad. Gran bendición de Dios para nuestro viaje en lo espiritual. Volviendo a Roma y terminada la misa en San Pedro, eran 11,45 hs. y se decía que como le habían dado el alta médica a Francisco, podría ser que rezara el Angelus como todos los domingos a las 12 hs. desde una ventana de la Basílica de San Pedro. Salimos y en la plaza nos pusimos debajo de esa ventana y cerca de una pantalla gigante (como la de los recitales de música) a esperar. Y nueva sorpresa, en la pantalla aparece el video donde Francisco es llevado en silla de ruedas a una ventana del Hospital donde saludó y proyectaron en esas pantallas en San Pedro y recibimos su bendición. Lo vimos muy emocionados y toda la gente lo victoreaba por su nombre. A continuación nos cruzamos con un grupo de jóvenes de Sevilla con buzos que decían PEREGRINOS DE LA ESPERANZA, el lema de este jubileo y nos sacaron una foto en la plaza. Al otro día, lunes 24 teníamos entradas para visitar la Basílica de San Pedro, junto con los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, donde se celebran los cónclaves para designar los sucesores de Pedro. Otra emoción grande.

En Roma además de San Pedro, existen otras 3 Basílicas Papales: Santa María Maggiore, San Pablo y San Juan de Letrán (antigua residencia papal). El hotel donde nos alojamos estaba a 2 cuadras de la primera: Santa María La Mayor (dedicada al culto mariano) y por supuesto también tiene abierta su PUERTA SANTA y también la atravesamos.

También visitamos la Basílica de San Pietro in vincoli (San Pedro encadenado), donde se veneran las cadenas de Pedro en su detención en Jerusalén y Santa María de los Angeles y Mártires. Y en Paris tuvimos oportunidad de entrar a la Catedral de Notre Dame y llegamos justo cuando se estaba venerando reliquias de la corona y cruz de Cristo, con procesión de todo el clero y presidida por el Obispo.

En este peregrinar nos fuimos cruzando con grupos de peregrinos de varios países, algunos acompañados de sacerdotes, otros con pañuelos de colores que identificaban sus ciudades, distintos idiomas y nacionalidades. 

Nos trajimos en nuestro corazón la experiencia que intentamos compartirles y reflejarles nuestra emoción de vivir el Jubileo en comunión con una multitud de hermanos en Cristo, hijos de un mismo Padre. 

Cuando escribimos esto (2/4/25), recibimos el mensaje del papa Francisco: “CULTIVEMOS NUESTRO DESEA DE VER A JESUS Y, SOBRETODO, DEJEMOS QUE NOS ENCUENTRE LA MISERICORDIA DE DIOS, QUE SIEMPRE VIENE A BUSCARNOS EN CUALQUIER SITUACIÓN EN LA QUE NOS HAYAMOS PERDIDO”.

De colores. Andrea y Rody