«Queremos que los que transiten por el mundo, puedan encontrarse con creyentes de verdad»

«Los Cursillos son un Movimiento, que mediante un método propio, intenta desde la Iglesia, que las realidades del cristiano se hagan vida en la singularidad, en la originalidad y en la creatividad de cada persona, para que descubriendo sus potencialidades y aceptando sus limitaciones, conduzca su libertad desde su convicción, refuerce su voluntad con su decisión y propicie la amistad desde su constancia en su cotidiano vivir personal y comunitario.

Los Cursillos son la mejor noticia, que Dios nos ama, comunicada por el medio más humano, que es la amistad, hacia lo mejor de cada uno, que es su ser de persona.

Por eso queríamos, y seguimos queriendo que la gente laica, que forma la mayoría de los hombres y las mujeres corrientes, pueda encontrarse en el lugar donde está y de la manera más simple, con el Cristo vivo del Evangelio, y que al sentirse unido a Él por la gracia, cambie el rumbo de su vida, y aprenda a saborearla y agradecerla, pero sin desubicarse de donde vive, porque el mundo precisa de hombres y mujeres, con clara visión y despierto criterio, que situados en las arterias claves del humano existir, puedan ser fermento que fermente en cristiano el ambiente y el clima donde les ha tocado vivir.

Pero todo ello, permaneciendo laicos, porque entendemos que lo más laico del laico, lo que constituye la sustancialidad más genuina de su laicidad, es el hecho de tener que vivir a la intemperie en un mundo donde los valores que valen, son desconocidos, desvalorados o no valorados. En esta situación tan generalizada Cursillos ofrece unos medios simples y concretos para que cada uno pueda vivir y acrecentar su fe.

Queremos que los que transiten por el mundo, puedan encontrarse con creyentes de verdad, convencidos de su fe, testimonios vivos y entusiastas, que por su actitud ante la vida, contagien la alegría de vivir de cara Dios y a los hermanos.»

(Eduardo Bonnin, III Ultreya Mundial en Roma – Julio 2000)