ULTREYA MUNDIAL ROMA 2025

IV ULTREYA MUNDIAL ROMA 2025 Y JUBILEO DE MOVIMIENTOS

La Ultreya comenzó con las palabras de don José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla y Asesor Espiritual del OMCC. «Hemos experimentado en nuestra propia vida que el encuentro con Cristo resucitado no nos deja indiferentes ni tristes, y que quien ha conocido a Cristo está llamado a ser testigo alegre de la Buena Noticia» decía ayer el arzobispo de Sevilla.

Después se dirigió a los cursillistas el presidente del OMCC, Álvaro Martínez Moreno: «Esta Ultreya es un momento extraordinario para reconocernos y sentirnos Iglesia, para descubrirnos unidos como movimiento, para avanzar con entusiasmo renovado en nuestra tarea evangelizadora». Tras varias intervenciones más de miembros del MCC en Italia, Álvaro Martínez volvió a intervenir, dando un rollo sobre el tiempo de gracia que atraviesa el Movimiento: «Por eso es tan importante la esperanza. Porque es lo que nos permite saborear que a pesar de todo no caminamos solos. Y que sabemos, aunque a veces vayamos a oscuras hacia dónde vamos. Constatándolo en nuestra pobre realidad concreta en nuestro grupo y Ultreyas, en las Escuela y Secretariados, en nuestros Cursillos y en todas nuestras actividades. Solo con esperanza podemos ir construyendo el futuro desde el presente, y solo así podremos ir viviendo el presente abiertos al futuro. Esta actitud tiene consecuencias prácticas en la vida del movimiento: tiene que ir hacia delante y tiene que apostar por aquello que lleva adelante. Y aquí entran los jóvenes: no podemos ir al futuro sin ellos, no podemos construir el presente sin ellos». Tras esta pequeña charla, se expusieron varias resonancias de los grupos internacionales. El grupo latinoamericano (GLCC) habló sobre la Misión y evangelización. Sobre el Entusiasmo y pasión hablaron los asistentes del Grupo de Asia Pacífico (APG). El Grupo de Norteamérica y Caribe (NACG) habló del Caminando juntos, y hablando sobre el Futuro y esperanza cerró esta tanda de resonancias el Grupo Europeo (GECC). Como en toda Ultreya, varios cursillistas del mundo dieron un testimonio. Daniel Serna desde México, Bruno Ojangole desde Uganda, el padre Luigi Arena desde Italia y la cordobesa Helena Luque por parte de España. Helena Luque destacó en su testimonio el «como Dios actúa en la vida con descaro, sin dar muchas explicaciones, sin hacer mucho ruido y colándose por cada rendija sin darnos cuenta, entretejiendo así nuestra vida». También habló de la importancia de la comunidad, «ya que podemos ser cauce para otros reconociendo desde el Señor todo lo que somos y el valor de ser don y hermanos en Cristo».

Tras finalizar la Ultreya, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía, presidida por Monseñor Saiz Meneses, quien en la homilía nos lanzaba la pregunta de «¿con que valentía defendemos la Buena Nueva en nuestros ambientes familiares, laborales, sociales? ¿Somos capaces de defender nuestra fe con la misma convicción que Pablo, incluso ante la adversidad? El fin de la Ultreya dio paso al sábado, día en el que se celebró la Vigilia de Pentecostés en la Plaza de San Pedro. Tras una visita a Santa María la Mayor y una tarde al sol, tuvo lugar la celebración de la Vigilia, que estuvo compuesta de testimonios de algunos laicos.